Las emisiones de combustibles fósiles son ampliamente conocidas por causar el cambio climático, a la vez que representan peligros para la salud humana y los ecosistemas globales. En los últimos años, los gobiernos y los responsables políticos han respondido mediante la puesta en marcha de legislación y objetivos medioambientales diseñados para reducir al mínimo nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Una característica clave de este proceso será la transición de la energía basada en fósiles a la electricidad limpia.
Los investigadores creen que la profunda descarbonización del sector eléctrico será clave a medida que los gobiernos y los actores de la industria busquen cumplir con los objetivos climáticos establecidos por el Acuerdo de París y el Pacto Verde Europeo, el último de los cuales promete una transformación verde de la UE con miras a lograr la neutralidad de carbono para 2050.
La electrificación de los procesos industriales es fundamental
La Dra. Silvia Madeddu trabaja en el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, donde se especializa en estrategias de descarbonización de la industria. En un artículo publicado recientemente, ella y sus colegas analizan el potencial de reducción del CO2 a través de la electrificación del suministro de calor en la industria europea, que es un obstáculo para el objetivo de neutralidad climática de la UE para 2050. Madeddu explica que reemplazar los combustibles fósiles con electricidad baja en carbono, y usar esa electricidad para procesos industriales centrales como el calentamiento, es fundamental para este desafío.
"Con los ambiciosos objetivos climáticos establecidos a nivel mundial, solo podemos prever que se ejercerá cada vez más presión sobre los hombros de los responsables políticos y los líderes para acelerar la transición energética e implementar políticas de apoyo", dice. "El calentamiento eléctrico en los procesos industriales es fundamental para esta transición porque la industria es responsable de alrededor del 15 por ciento de las emisiones de CO2 de Europa, que se generan principalmente para suministrar calor a través de la combustión. Por lo tanto, sustituir la electricidad baja en carbono por combustibles fósiles podría reducir significativamente el impacto medioambiental de los procesos industriales".
El estudio de Madeddu encontró que en Europa, la electrificación podría reducir las emisiones de CO2 industriales en un 78 por ciento y reducir casi por completo las emisiones de CO2 relacionadas con la energía, suponiendo que el sector eléctrico ya estuviera descarbonizado. Esto, a su vez, reduciría los obstáculos de la industria a solo las emisiones residuales del proceso.
El sector eléctrico juega un papel clave
Según la International Energy Agency’s World Energy Outlook 2020, la crisis por Covid-19 ha enfatizado aún más la "importancia de un suministro de electricidad confiable, asequible y seguro". El informe predice que el sector eléctrico desempeñará un papel clave en el suministro de nuestras necesidades energéticas mundiales y en el apoyo a la recuperación económica después de la pandemia. Pronostica que la demanda de electricidad se recuperará y superará los niveles previos a la crisis por Covid en 2021 y que la electricidad cumplirá con el 21 por ciento del consumo final mundial de energía.
Madeddu dice que un factor adicional para la electrificación son los beneficios de eficiencia que ofrecen las tecnologías eléctricas que tienen el potencial de ofrecer ahorros significativos de energía en comparación con los sistemas de combustión, junto con la necesidad de garantizar fuentes alternativas de energía y maximizar la flexibilidad, debido a las fluctuaciones de los precios de los combustibles fósiles.
Si bien la electrificación de la industria ya tiene sentido en algunos sectores desde un punto de vista medioambiental, el acceso a la energía ecológica aún debe ampliarse para lograr una producción libre de carbono. Sin embargo, la electricidad renovable ya está en aumento, y la AIE predice que llegará hasta el 80 por ciento del crecimiento de la demanda mundial de electricidad durante la próxima década.
"La capacidad global de generación de energía renovable ha aumentado constantemente, y el vasto potencial de la energía renovable tiene una clara ventaja sobre otras fuentes de energía ecológica, como la biomasa", agrega Madeddu.
Cómo superar los obstáculos
Si bien la tecnología requerida para hacer el cambio a lo eléctrico está disponible en gran medida, todavía hay obstáculos que superar.
Aparte de la falta de acceso a la electricidad ecológica, otros obstáculos incluyen la escasez de experiencia y una tendencia entre los actores industriales a priorizar las ganancias a corto plazo sobre las inversiones sostenibles a largo plazo.
Los costos siguen siendo un obstáculo importante. Madeddu explica que en Europa, la electricidad todavía cuesta en promedio alrededor de tres veces más que el gas. Como ella y sus colegas escribieron en su artículo, "Las inversiones de la industria en electrificación, no solo monetarias sino también para la adquisición de experiencia técnica, probablemente se estancarán hasta que se presente un escenario claro en el que la electricidad sea competitiva en términos de costos".
Madeddu argumenta que la transición se aceleraría si se creara un campo de juego nivelado en el mercado de la energía, a través de un ajuste de los impuestos a la electricidad, así como gravámenes y otras políticas de apoyo, como un impuesto al carbono.
"Si se implementa un impuesto al carbono, la transformación del sector eléctrico será significativamente más rápida y profunda, y fomentará una nueva era de electrificación, en la que la electricidad renovable podría convertirse no solo en la portadora de energía más limpia sino también en la más barata", concluye.
El futuro de la electricidad renovable según la Agencia Internacional de Energía
El Escenario de Políticas Declaradas de la AIE (STEPS) pronostica un fuerte crecimiento para las fuentes renovables de electricidad, que aumenta hasta satisfacer el 80 por ciento del crecimiento de la demanda mundial de electricidad durante la próxima década y supera al carbón como el principal medio de producción de electricidad para 2025. Para 2030, la energía hidroeléctrica, eólica, solar fotovoltaica, bioenergía, geotérmica, energía solar de concentración y marina juntas proporcionarán casi el 40 por ciento del suministro de electricidad.